Hielo

Frío en los rincones desolados entre nostalgias que auguran lágrimas sin tristeza. 
Frío entre las costillas descarnadas de un viviente que no duerme por las noches, 
     que hace el amor con el insomnio y llega al éxtasis con un corazón vacío pero latente entre las
     manos.
Frío en los pulmones congelados que se llenan con el humo de un cigarro compuesto de esperanzas. 
Frío bajo las uñas rotas de tanto rasgar vestidos, rotas de rasguñar paredes escombrosas y
     sangrientas.
Frío,
     frío en la nuca al sentir las miradas ajenas, los ojos desafiantes de otro.
Frío, 
     frío y escalofríos en la espalda por el sudor helado que provoca el miedo, pequeños golpes 
     eléctricos que reptan lento por entre las vértebras.

(Frío,
         frío en el cuerpo vacío de un alma sin vida que camina entre mortales congelados.)

3 comentarios:

  1. Me gusta este texto (más que el anterior, si te digo la verdad) Al leerlo verdaderamente me dio una sensación de frío, no literalmente pero me sentí... sola, como el personaje. Es un frío casi literal.

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  2. Hay gente que vive con ese frío. Supongo que quizá por eso a algunas personas, como a mí, nos gusta tanto el invierno, quizá porque no nos sentimos tan fuera de sintonía, y de alguna manera ese frío se convierte en algo cálido cuando sabes que hay más gente con ese frío también metido en el cuerpo.

    La verdad es que te acabo de encontrar por Twitter y no me he podido resistir. Te acabo de seguir y espero volver pronto por aquí :)

    Yaiza.

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